Bienvenidos y bienvenidas a mi último boletín. Casi dos años después del primer envío, y once newsletters después, cierro el chiringuito. El Gran Círculo se unirá a mi ya abarrotado cementerio de blogs personales en Internet1. Como apuntaba en su inicio, esta publicación pretendía ser la hermana pequeña de un libro que llevaba cocinando durante un tiempo. Al final, el libro quedó relegado por el dinamismo y la recompensa inmediata de sacar un tema de manera periódica.
Sin embargo revisando el archivo de este boletín me dí cuenta que había escrito un libro. Otro diferente. Con ratos aburridos, de turra teórica. Mezclado con entrevistas más entretenidas y material multimedia que dificilmente podría haber encajado. Éste sería su índice:
El Gran Círculo
El primer capítulo se centraría en los datos con un componente o referencia geográfica. Todo mapa necesita tener datos, y éstos deben estar geoposicionados o etiquetados para ser identificados. En la primera entrada de todas, Where the streets have no name, tratamos las incongruencias históricas e injusticias sociales y de género de nuestros callejeros. Mientras que en Susurros desde el espacio, entendimos como funciona el GPS, un servicio fundamental para anclarnos temporal y geográficamente en la geografía.
En el segundo, se explicaría como estos datos pueden dar lugar a puntos, líneas y áreas, para finalmente diseñar un mapa. Esto se consigue transformando información geográfica en elementos gráficos a través de algoritmos y tecnologías geoespaciales. Por un lado, en La isla de las coordenadas perdidas, vimos como funcionaba laa geocodificación, es decir, la traducción de toponimios y otra información geográfica escrita en coordenadas espaciales en un mapa. Y, por el otro lado, en El problema de los siete puentes, pudimos entender la teoría de grafos y su aplicación práctica a través de las aplicaciones de routing que nos guían cuando queremos ir de un punto a otro.
En un tercer capítulo podríamos englobar la ciencia detrás de los mapas. Desde como percibe nuestro cuerpo y nuestra mente la geografía con la que interaccionamos, descrito en El cerebro y el espacio. Hasta la psicología y los trucos para que un mapa se comparta de manera exponencial en las redes, tratado en Cómo hacer un mapa viral. Por último, los mapas viven en un contexto social, económico y político, y cuando ocurren sucesos tan lamentables como la invasión rusa a Ucrania, éstos también entran en guerra como contamos en Cortar por la línea de puntos.
El cuarto y último capítulo trataría de los asuntos más innovadores o curiosos de la tecnología geoespacial. En MAP-E por ejemplo tratamos a tiempo la aplicación de las inteligencias artificiales (IA) al mundo de los mapas. Me quedé corto, 2023 ha sido el año de las IAs. Luego tenemos La unrealidad ya está aquí, donde exploramos el posible y prometedor futuro de las aplicaciones geográficas gracias a motores de videojuegos. Y por último, muy al hilo de la nueva carrera espacial privada, el libro acabaría con Cómo navegar en el espacio exterior, tres historias increíbles de verdadros pioneros del espacio.
Satélites, píxeles, datos y personas
Otra razón por la que parar de publicar ha sido el actual cambio profesional en el que estoy apunto de embarcar. Durante los años que esta newsletter ha estado activa estuve trabajando como mánager en un equipo de datos geoespaciales en Planet2. Hace unos días me despedía de las personas con las que he crecido y aprendido. Uno se hizo un verdadero senior, otra es la referente en creación de dashboards dentro de la empresa, otro pasó de ingeniero de datos a devops, y otra pudimos contratarla tras un año de becaria.
Además de echar de menos a mi equipo, como decía el otro día en LinkedIn, también añoraré trabajar con imágenes satélite, instantáneas de acontecimientos geopolíticos. Imágenes desde un punto de vista casi divino. Aséptico. En la que un pixel puede contener personas, tragedias, esperanzas. Trabajar con datos de estas imágenes es un nivel de abstracción más. La imagen pasa a ser un registro en una tabla. La imágen superior me parece perfecta para entender esto. Esos píxeles alineados y ordenados eran personas, afganos y afganas huyendo por la retirada de las fuerzas estadunidenses. ¿Qué será de ellos?
Espero que este tipo de pensamiento os inunde cuando veáis un mapa o cualquier producto geográfico. Éstos están hechos de capas elaboradas por ciencia neurológica, psicología de masas, teoría de grafos, hardware y software, física, química y astronomía, geopolítica, historia y cultura, inteligencia artificial e historias personales.
Muchas gracias a todos y todas las lectoras. Mil gracias a todos y todas entrevistados y entrevistadas. Buenas noches, y buena suerte.
Durante mi estancia en Reading cursando un máster de sostenibilidad urbana tuve dos blogs, uno sobre mis vivencias y pensamientos, y otro sobre mi proyecto fin de máster. Antes y durante mi época en CARTO, monté una web personal sobre programación y cartografía. Por último, al poco de comenzar en Planet monté algo parecido para investigar ciertas tecnologías geoespaciales.
También han pasado un montón de cosas. No se cuantos libros me he leído. Me mudé de vuelta de Berlin a Madrid. Superamos una pandemia. Han estallado dos guerras terribles. Y mi novia y yo hemos adotado una perrita.